Sesión de fotos con Isabel Riaño Allan. Un adelanto.
Para dar la bienvenida a la primavera, me puse en la piel de una influencer (jajaj) y ante el objetivo de una fotógrafa joven cuyo estilo me gusta mucho, Isabel Riaño, y nos fuimos a dar un garbeo por el barrio de Chueca en Madrid.
De esa sesión salieron fotos frescas y desenfadadas, mínimamente o nada producidas, justo lo que yo buscaba. También salió un rato agradable, aunque ponerse delante de una cámara y posar no sea lo más natural del mundo. Sí es cierto que, a fuerza de hacerlo, una acaba sintiéndose más o menos cómoda en las poses, aunque por supuesto esa comodidad siempre está supeditada a la química que exista entre fotógrafa y modelo.
Yo admiro mucho a las profesionales de la fotografía. Tiene mucho mérito saber retratar a una persona tal como es, sin artificios ni posturas extrañas o expresiones incómodas. Hay que saber fotografiar pero también saber tratar a la persona que posa ante ti, que está expuesta y muchas veces se siente ridícula. Es algo que requiere talento, tacto y delicadeza.
Entenderse y saber verse en las fotos sin odiar el propio cuerpo, o las canas o las arrugas o miles de otros “defectos” (lo pongo entre comillas porque para mí defectos son rasgos negativos del carácter más que rasgos físicos) también da para otro post. Prometo hacerlo.
Gracias a Isa por sacar lo mejor de mí y a Ficus Bar por cedernos el espacio.